cuidarse en libertad
Cuidarse en libertad
Cuándo me preguntan qué es vida sana, lo primero que surge en mí es comerse una tableta de chocolate, tomar una buena copa de vino tinto, pasear por el malecón, disfrutar de mi trabajo y amar.
Es una receta extraña, no son las 8 horas de sueño, ni una alimentación específica o hacer deporte (no digo que éstos no sean importantes); pero si escarbo un poco más frente a estas imágenes, me doy cuenta que estoy hablando de la capacidad de deleite y de crear cada uno su propia receta de salud.
Si rastreo un poco más en mis sensaciones descubro que logro estos estados de plenitud cuando he estado en contacto conmigo mediante la atención consciente hacia mi cuerpo, mi respiración, el movimiento y el espacio.
Volver a descubrir mi columna, esta vez no desde las apófisis espinosas de las vértebras sino desde sus curvas internas, sentir el peso de mi cuerpo, viajar en el espacio desplazando mi espalda en un plano distinto al vertical, observar el flujo de mi respiración; moverme sintiendo mis huesos, mis músculos, mi piel, mis órganos o tal vez el líquido encéfalo-raquídeo.
La vivencia y la auto-percepción del cuerpo a través del movimiento durante la misma acción es una experiencia completa e integradora para el ser humano. Este es el enfoque de la educación somática y aquí se encuentran distintas prácticas de movimiento como el yoga, tai-chi, Feldenkrais, esferokinesis, meditación, body-mind centering, etc. La danza contemporánea también tiene corrientes que se inscriben en esta línea.
La atención hacia mi propio cuerpo, respiración, movimiento y espacio me permite abrir mis sensaciones, entrar en momentos profundos de silencio y volver a reconectarme con mi esencia como ser humano; reconocer distintas emociones en mí: aceptar el dolor, la tristeza o la angustia, para permitir la renovación y el paso al goce, la risa y la calma.
Más que recetas para una vida sana, creo que existen estilos creativos de llevar una vida plena directamente relacionados con la capacidad de escucharse , reconocer las propias necesidades y límites así como de encontrar la forma de integrarse armónicamente al medio ambiente.
Vida sana tal vez podría ser descubrirse y fortalecerse como individuo, aceptar el movimiento y los cambios, crecer en generosidad , tolerancia y capacidad de deleite y disfrute.